sábado, 27 de abril de 2013

Mis CDs favoritos(6): Haydn, Sinfonías (Marriner, ASMF)


La verdad es que incluir entre mis CDs favoritos una caja con 10 discos tiene algo de trampa, así cualquiera; pero en este caso ha sido así, las Sinfonías "con título" de Haydn por Neville Marriner han figurado siempre ente mis grabaciones preferidas, y es por ello que las he seleccionado para esta sección.

Empezando por la música, si me referí anteriormente al papel de Haydn en la consolidación (ya que no creación) del cuarteto de cuerda, algo similar ocurre con sus sinfonías. Realmente Haydn no inventa nada, pero consigue que la Sinfonía pase a ser, de un divertimento intrascendente, a un tipo de pieza con un gran contenido musical perfectamente establecido. A partir de él, como pasó con el cuarteto, la Sinfonía pasó a ser una forma predilecta de los compositores a la hora de expresar sus ideas. Adquirió, por así decirlo, la mayoría de edad.
Dentro de su extensa producción de sinfonías hay un gran número que ostenta un título. La razón de ello fue absolutamente comercial, y obedece al deseo de sus editores de atraer más público a una serie de sinfonías que ya gozaban de bastante prestigio. Los títulos, pues, no son invención de Haydn, y en muchos casos son de tipo descriptivo o más abstractos, por sugerir una cierta situación o estado de ánimo. Esto, que pudo ser una ventaja en su tiempo, en la práctica hizo que muchas otras sinfonías sin nombre ni apellidos se quedaran más olvidadas, pese a se de una calidad similar o superior a muchas de las que nos ocupan.
En estas sinfonías están todos los rasgos del mejor Haydn: un ingenio increíble, humor en algunas ocasiones y una gran originalidad pese a ajustarse a una forma bastante estricta.

En cuanto a la interpretación, pues Marriner y su Academy of St.Martin-in-the Fields consigue unas versiones impresionantes. Voy a intentar sintetizar a continuación qué factores de estas interpretaciones contribuyen al resultado final.

En primer lugar, las dimensiones de la orquesta. Se nota que se trata de una orquesta bastante reducida, por el sonido de cada sección y el equilibrio con los instrumentos de madera y metal. Lógicamente, en las últimas sinfonías hay más cuerda que en las primeras, y en las primeras Marriner añade un cémbalo como apoyo al bajo continuo. Con estas dimensiones de orquesta se consigue una mayor claridad y transparencia que las versiones que se solían hacer en la época en que se grabaron. Fue, pues, un cambio importante.
La rítmica de Marriner y su ASMF es siempre muy acusada. Aparte de la elección de los tempi, bastante rápidos en general, destaca la cuidadísima acentuación y articulación, que consigue una limpieza de líneas impresionante. Una perfecta elección de los golpes de arco en todo momento es esencial, y los ingleses, que siempre han destacado por su disciplina y profesionalidad en todas sus orquestas, consiguen una manera de tocar elegante y con un enorme brío. Se nota que Marriner fue un excelente violinista él mismo, y consigue exactamente lo que quiere en todo momento.
La articulación es, pues, muy clara, y en todas las secciones de instrumentos. Está claro que en la cuerda aguda es más fácil conseguir la claridad, pero Marriner lo consigue también con los instrumentos graves. Así, los chelos y contrabajos suenan compactos, acentuados cuando hace falta, y con una resonancia muy controlada. Algo muy diferente, para hacernos una idea, a las grandes orquestas alemanas, donde la parte grave es poderosa y redonda, un gran apoyo al resto de la orquesta. La ASMF tiene un sonido más leve, con el apoyo justo en la parte grave, y una parte aguda enormemente virtuosa y limpia de articulación.

Os voy a poner unos cuantos ejemplos de estas versiones. En lugar de poner lo más conocido, como el susto de la sinfonía "Sorpresa", o el movimiento que da nombre a las sinfonías "del Reloj" o "Militar", voy a poneros otros.

Como ejemplo de las sinfonías más tempranas, este es el comienzo de la nº 45, "Abschied" (los adioses):

Escuchamos el cémbalo, que apoya a los bajos, y nos podemos dar cuenta ya del perfecto equilibrio con los vientos, la limpia articulación de los bajos (por ejemplo, en el diálogo del minuto 0:30 con los violines) o la cuidada planificación dinámica en 0:45, la manera en que va creando tensión hasta el momento de los choques y retardos entre los violines un poco más tarde.

A continuación, el allegro que sigue a la introducción lenta de la sinfonía nº 73, "La chasse"(la caza)

Destaca la limpieza de articulación al comienzo, incluso cuando entran vientos y bajos en el minuto 0:15. Escuchemos las limpísimas notas cortas de bajos y oboes, y también el poderío de los violines en 0:25, junto con un perfecto equilibrio con los vientos.

Otra característica de la ASMF son sus excelentes solistas. Escuchemos a su concertino, la fantástica Iona Brown, en una de las variaciones de la sinfonía nº 103, "Drum Roll"(redoble de timbal)

Una manera de tocar absolutamente elegante, con el vibrato justo y un arco limpísimo, consiguiendo una variedad de articulación imaginativa y muy musical. ¡Qué gran violinista fue!

Otro ejemplo, en este caso el último movimiento de la sinfonía nº 82, "L'Ours"(el oso)

Hasta ahora he hablado mucho de la cuerda, pero escuchemos en el minuto 0:10, la excelente rítmica de los vientos, con el ligero fagot, el clarísimo timbal o la limpieza de las trompas en su incomodísimo registro agudo. Todo perfectamente equilibrado, sin destacar en exceso. O, en el minuto 0:31, la explosión y el entusiasmo de la sección en forte, con el contrapunto entre las diferentes secciones.

Por último, para que no todo sean movimientos rápidos y chispeantes, os pongo el comienzo del tiempo lento de la nº 83, "La Poule"(la gallina)

Nos sirve como ejemplo para demostrar que Marriner no sólo cuidaba los movimientos rápidos. En este movimiento destaca, en primer lugar, el tempo escogido, no muy lento, pero que en ningún momento suena precipitado o intrascendente. Y, sobre todo, la gran expresividad que consigue, algo realmente difícil en Haydn, donde si te pasas puede sonar excesivamente romántico.

Unas excelentes versiones de estas sinfonías. Es una lástima que no siguieran grabando las que no tienen título, porque se habría convertido en la integral indiscutible de la obra sinfónica de Haydn.

2 comentarios:

  1. Al hilo del comentario de las sinfonías, me han dado ganas de volver a escuchar la del redoble, ya que siempre me ha gustado mucho.
    El comienzo de los timbales me sigue pareciendo sobrecogedor y lleno de misterio. Tuvo que causar sensación en aquel tiempo. Y, ese Andante lleno de color.
    En fin, una maravilla. Y un placer leer tus observaciones.
    Un saludo

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  2. En efecto, también es una de mis sinfonías preferidas. Cada vez me gusta más Haydn...

    Y gracias por comentar.

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