En esta ocasión nos ocuparemos del Octeto para
cuerdas, op. 20, de Mendelssohn. La verdad es que me hace mucha ilusión hablar
de esta obra, es una de mis preferidas. Es increíble que un chaval de 16 años
fuera capaz de componer una obra de tal importancia, de las mejores de su época
de juventud.
La obra está compuesta para un octeto de
cuerda: 4 violines, 2 violas y 2 violonchelos.
En comparación con otras obras similares de
otros compositores (los Doppelquartetten de Spohr, por ejemplo), no se trata de
dos grupos iguales que dialogan, sino de ocho instrumentos independientes, con
lo que los temas se reparten de maneras muy variadas.
Aquí tenéis la partitura, para poder seguirla con la audición.
Aquí tenéis la partitura, para poder seguirla con la audición.
Para encontrar una versión que realmente me
gustara lo he tenido algo difícil: al final me he decidido por mi primera
opción desde el principio: la de la Academy of st. Martin-in-the-Fields Chamber
Ensemble, en su grabación del 1978 con la grandísima y llorada Iona Brown como
primer violín. Era una versión que tenía en vinilo y, después de mucho tiempo,
la he conseguido en CD. La grabación original no era ni digital, pero la
presencia sonora es increíble, y la interpretación, impresionante: viva, tensa,
muy expresiva y, sin embargo, de las más respetuosas con matices e indicaciones
de las que conozco. En el scherzo, por ejemplo, poquísimas versiones hay que
mantengan el pianísimo durante todo el movimiento.
1º Movimiento, Allegro moderato, ma con fuoco.
Por darle un enfoque algo diferente a mis
otras Guías, me gustaría centrarme primero en la forma en que Mendelssohn
construye las melodías. Mendelssohn, al igual que otros compositores, es famoso
por su vena melódica fácil: melodías amables, que no plantean grandes enigmas
ni dificultades para entenderlas, que parecen surgir con aparente facilidad.
En este caso, por ejemplo. La melodía del 1º
tema, enunciada por el 1º violín, es absolutamente simétrica: ocho compases
divididos en dos grupos de cuatro. Los 4 primeros en la tonalidad de la tónica,
y el 8º en la dominante, para volver a la tónica. Si nos fijamos en las notas
que hace el 1º violín en los 4 primeros compases, casi todas (menos una)
pertenecen al acorde perfecto de Mi b M, la tonalidad principal. O sea, Mi b,
Sol, Sib. Las notas que suenan en estos 4 compases son:
Sol Sib Mib Sol Mib Sib, Sib Mib Sol Sib Sol
Mib, Mib Sol Sib Mib Sol Sib Sol Mib, Sib Sol Mib Sib Sol (Lab) Sol (Fa….). Las
mismas tres notas, en diferentes alturas, claro.
Ejemplo 101
Bueno, parece que no se ha complicado la vida el tío, ¿no? Veamos, pues, lo que hace esta melodía diferente e interesante: Primero de todo, la división en tres intentos, por así decirlo: La melodía asciende una vez, luego otra segunda vez y por último, consigue llegar a lo más alto. Porque realmente recorre un gran registro en el violín, dicho sea de paso. Esa forma de plantear la melodía “por intentos” es muy característica y le proporciona una cierta tensión. A ello contribuye también la instrumentación de los otros instrumentos: mientras que los 3 violines restantes y el 1º violonchelo se dedican a “rellenar” la armonía, las violas con sus síncopas le dan una cierta inestabilidad a la cosa. Otra cosa interesante de estos 4 primeros compases es lo que hace el 2º violonchelo: Mientras los otros 7 instrumentos se mantienen impertérritos en Mi b M, sin salirse ni una nota, el 2º violonchelo en el 3º compás hace un Re, que sobre el papel tendría que chocar absolutamente con todo, pero lo que consigue en cambio es, a través de esta disonancia, llevar a todos sus compañeros hasta la nueva armonía del compás 5. Lo cierto es que tampoco es que sea una disonancia desagradable, ya que se produce en registros muy alejados, y no llega a molestar.
Bien, por no hacerlo tan pesado, decir que en
el compás 5 la historia se repite, pero en Fa m, para volver a Mi b M en el
compás 9.
Ejemplo 102
En el compás 9, los dos violonchelos retoman
el diseño del 1º violín, y lo intentan por tres veces, pero el intento queda
cortado de manera contundente por los dos primeros violines. Esto ocurre de
nuevo en el compás 13. Y por último es el 1º violín quien hace valer su
autoridad para resolver todo esto más tarde (compás 20)
Ejemplo 103
Acto seguido se produce un diálogo entre dos
grupos: cuatro instrumentos tocan un suave diseño de semicorcheas en staccatto,
y son respondidos por los otros cuatro, que “completan” la melodía con unas
negras en legato. Y eso se produce varias veces. A señalar también que las
notas en staccatto se repiten 2 compases más tarde en movimiento contrario, por
cierto.
Ejemplo 104
Este recurso de dividir la melodía entre
varios instrumentos demuestra una gran maestría técnica, y Mendelssohn lo
utilizará en multitud de ocasiones.
Y así, utilizando nuevamente el recurso del
diálogo entre diferentes grupos, llegamos al 2º tema que, como mandan los
cánones, está en la tonalidad de la dominante, Si b M. Se me ha olvidado decir,
por cierto, que el 1º movimiento sigue, como no, la forma sonata.
Este segundo tema contrasta grandemente con el
1º, como tiene que ser. Así como el primero era agitado y con grandes
intervalos, el 2º es mucho más calmado y más restringido en amplitud. El 2º
tema es enunciado por el violín 4º y la viola 1ª, y la segunda vez se le une el
violín 3º. Enseguida, el 2º tema pasa a Sol M, y en esta ocasión aparece en el
violín 2º y viola 2ª, y más tarde en violín 1º, viola 1ª y violonchelo 1º. ¿Por
qué me empeño en señalar todo esto? Tan solo para dejar ver la absoluta
libertad de Mendelssohn al repartir el material temático: absolutamente todos
los instrumentos tienen su “momento de gloria”, todos participan por igual.
Ejemplo 105
Las últimas notas del 2º tema le sirven para
iniciar un desarrollo realmente espléndido: es curioso como dichas notas son
muy parecidas al pasaje staccato que apareció casi al principio. Antes
aparecieron en semicorcheas y ahora en corcheas, de todas formas. Así,
Mendelssohn va jugando con este diseño, junto con el pasaje staccatto,
pizzicatos en otros instrumentos, para que, de la nada, aparezca de nuevo el 1º
tema y, de inmediato, el 2º tema. Una abundancia de material temático y de
manejo de las voces increíble.
Ejemplo 106
Así llegamos al final de la exposición, donde
Mendelssohn pone un signo de repetición para repetirlo todo da capo. Dejadme,
de todas formas, señalar otro detalle de la inagotable capacidad melódica de
Mendelssohn. Aparece el 1º tema en los 2 violonchelos y la 2ª viola, en Si b M
y, por si fuera poco, el 1º violín, por encima, se saca de la manga otro nuevo
motivo o melodía. Y qué melodía: de nuevo 4 compases, luego cuatro más en los
que la repite ornamentada, y luego, tras 3 intentos (de nuevo), llega al
fortísimo. Todo un tratado de crear tensión e interés en una melodía que,
después de todo, no es ningún tema principal ni nada.
Ejemplo 107
El desarrollo comienza de una forma
tempestuosa, con imitaciones en movimiento contrario entre instrumentos agudos
y graves. Así escuchamos de nuevo el diseño de las semicorcheas en staccatto
del comienzo, pero ahora en fortisimo, y contestado ásperamente por los otros
instrumentos con unas negras repetidas. Al final desaparecen las semicorcheas y
quedan tan solo las negras, que van perdiendo poco a poco intensidad, se van
dulcificando y ocurre otro momento mágico: mientras continúan las negras,
emerge en el 1º violín, como de la nada, (minuto 0:46) una bella melodía que
nos lleva de nuevo al 2º tema, ahora en Fa m
Ejemplo 108
Ahora Mendelssohn aprovecha la placidez de
este 2º tema para ir pasándolo por varias tonalidades, en uno de los pocos
momentos verdaderamente relajados, casi religiosos, de este movimiento. Pero en
el minuto 0:43 del ejemplo, al llegar a Si b M, comienza de nuevo la tormenta,
poco a poco, primero con unas inquietas síncopas a las que se van sumando los
instrumentos, más tarde con un tempestuoso pasaje de veloces semicorcheas en
legato, para culminar con un potente unísono, casi orquestal, donde todos los
inttrumentos tocan unos erráticos pasajes de rápidas notas en legato, para
finalmente llegar a la reexposición.
Ejemplo 109
Bien, la reexposición trascurre sin mayores
sorpresas, con ambos temas en la tónica, Mi b M, y los mismos diseños que ya
aparecieron antes. Tan solo señalar la última aparición de una tímida melodía en el 1º violín, que va ganando
confianza poco a poco para acabar superponiéndose a todos sus compañeros de una
manera magistralmente planeada. De nuevo nos sorprende de dónde saca
Mendelssohn tal cantidad de melodías. Y así, con una última exposición del 1º
tema, acaba el movimiento.
Ejemplo 110
Aquí tenemos el 1º movimiento completo:
2º Movimiento, Andante
Lo primero que nos sorprende de este
maravilloso tiempo lento es la tonalidad. Estamos en Do m (relativa menor de la
tonalidad principal, Mi b M), pero al cuarto compás ya estamos en Re b M, luego
vamos a La b M, etc, y la verdad es que hay una cierta ambigüedad armónica. Tan
solo en el compás 16 volvemos a Do m.
El primer tema, que recuerda a una siciliana,
es enunciado por el violonchelo 1º y la viola 1ª, pero a partir del compás 4
desaparecen los instrumentos graves y se quedan solo los violines, creando un
efecto etéreo de gran belleza:
Ejemplo 201
Se vuelve a repetir lo que hicieron al
principio los violines, pero ya con todos los instrumentos por debajo. De nuevo
vemos un diseño que se repite por tres ocasiones, cada vez más “arropado” por
la instrumentación acumulada. En la tercera vez ( compás 19, minuto0:20 del ejemplo)
aparecen en los instrumentos centrales la figura rítmica que nos conducirá a lo
largo de todo el movimiento: los tresillos de semicorcheas, una vez en legato,
otra vez en staccatto, en forte o en piano.
Ejemplo 202
La última figuración en tresillos del 1º
violín es recogida por el resto de instrumentos en fortísimo, llevándonos así
al 2º tema, en Mi b m. (compás 29, minuto 0:17 del ejemplo). Se trata de una
melodía anhelante y muy expresiva, que aparece en el 1º violín en dos ocasiones,
la segunda vez un tono más alto, en Fa m
Ejemplo 203
Tras un pasaje de puente con los omnipresentes
tresillos en legato o en notas repetidas, según en qué instrumentos nos
aparecen, llegamos a lo que sería un 3º tema (compás 41, comienzo del ejemplo)
consistente en unas notas repetidas en pianísimo, que van pasando de
instrumento a instrumento, junto con unas escalas descendentes que crean unos
retardos algo disonantes. La segunda vez que aparece, las escalas de
acompañamiento son descendetes y asecendentes, al mismo tiempo. Se suele llamar
retardo, en dos palabras, a cuando ha cambiado la armonía pero hay una nota de
la armonía anterior que permanece, creando un choque o disonancia. Como
veremos, las disonancias no tienen por qué sonar mal, sino todo lo contrario:
Ejemplo 204
Unas apariciones del 2º tema nos llevan a un
pasaje modulante que pasa por bastantes tonalidades de una manera algo
errática. En este pasaje destacaría las imitaciones de los tresillos que van
pasando por varios intrumentos. Y así llegamos a una especie de tutti o unísono
casi orquestal en Sol M,
Ejemplo 205
Tras este pasaje, el ritmo de tresillos se va
aflojando y, tras lo que parece una cadencia del 1º violín, llegamos por
sorpresa a Do M. Recoredmos que todo el tutti estaba en Sol M, que podría
funcionar como la dominante de Do m, la tonalidad principal del movimiento, por
lo que a Mendelssohn le hubiera venido de perlas para hacer una reexposición.
Pero no, en lugar de Do m, hace Do M, y en lugar del 1º tema, coge el 3º,
todavía más etéreo si cabe con la nueva tonalidad (compás 76, minuto 21 del
ejemplo)
Ejemplo 206
Y tras una última aparición del 1º tema, esta
vez en Do m, parece que Mendelssohn se resiste a fijar la tonalidad primcipal,
porque volvemos a pasar por varias tonalidades para acabar finalmente en Do M, pero incluso de una manera poco
conclusiva, parece que el movimiento pudiera continuar:
Ejemplo 207
El 2º movimiento completo:
3º Movimiento, Scherzo. Allegro leggieirissimo.
Se trata, seguramente, del movimiento más
conocido de este octeto, y no sin razón, pues se trata de una pequeña y
deliciosa obra maestra, en el estilo del scherzo de El Sueño de una Noche de
Verano, por ejemplo. Curiosamente, ambos scherzos están en Sol m.
Parece que Mendelssohn tenía predilección por
este movimiento. Incluso lo llegó a orquestar de otra manera para sustituir al
minueto original de su sinfonía nº 1.
La partitura está plagada de indicaciones de dinámica: aparte de poner “pp” en prácticamente cada entrada de cada instrumento, pone “si debe suonare questo scherzo sempre pp e staccato”, y añade más tarde “leggiero” y otras indicaciones. Realmente toda la pieza transcurre entre pianisimo y piano, con algunos acentos esporádicos pero dentro de dicha dinámica. En la versión que nos ocupa se respeta escrupulosamente esta dinámica, a pesar de la extrema dificultad que ello conlleva. Hay que saber que es mucho más fácil y cómodo tocar todo en un, digamos, mezzo forte, como hacen en muchas grabaciones existentes en el mercado: es una manera de que salgan más claros todos los pasajes difíciles. Pero el mérito está, como en esta versión, en tocarlo todo extremadamente piano y staccatto.
El movimiento está construido, de nuevo, en
forma sonata. De todas formas, casi no da tiempo a observarlo, porque se
produce todo a una velocidad pasmosa. Es como una forma sonata en miniatura,
por así decirlo. El primer tema es el del comienzo:
Ejemplo 301
Enseguida destacaría estas imitaciones entre
distintos instrumentos:
Ejemplo 302
Y enseguida (compás 25) nos aparece el 2º
tema, en Si b M (relativa mayor de Sol m)
Ejemplo 303
Antes del desarrollo detacaría las imitaciones
entre los dos primeros violines: el 1º violín toca 2 compases y el segundo los
imita ¡en movimiento contrario!
Ejemplo 304
De nuevo un pasaje centelleante que va pasando
de instrumento a instrumento, con semicorcheas en staccato, trinos, etc. A
destacar, aparte de la extrema dificultad, que aparece 3 veces normal y la
cuarta en movimiento contrario. Y luego, en el compás 112 (minuto 0:15 del
ejemplo), un pasaje que es una auténtica pesadilla para cualquier violinista:
un verdadero trabalenguas de trinos enlazados, tocados por cierto de manera
espléndida, por Iona Brown.
Ejemplo 305
Bien, por no extenderme más, decir que luego
viene la reexposición, con ambos temas, pero esta vez el 2º en Mi b M. Y os
pondré el final, compuesto de un unísono de notas cortísimas en pianisimo que
no se sabe adónde nos van a llevar, al que Mendelssohn, incluye un diminuendo
en los tres últimos compases:
Ejemplo 306
El 3º movimiento completo:
4º Movimiento: Presto
Y así llegamos al final del Octeto. Es un
movimiento algo difícil de clasificar: en principio parece una fuga, con las
entradas sucesivas de todos los instrumentos, de más grave a más agudo, con
sujeto y contrasujeto incluidos. Pero al llegar al violín 1º, la cosa se acaba,
y nos damos cuenta de que en realidad era un fugato, sin más. Y entra, en el
violín 1º, el primero de los motivos realmente importantes, formado por unos
intervalos de cuarte y sexta. (compás 25, minuto 0:20 del
ejemplo)Inmediatamente después aparece un feroz unísono de todos los
instrumentos, algo machacón, la verdad, que más tarde también utilizará mucho.
(compás 33, minuto 0:27 del ejemplo)
Ejemplo 401
Tras un pequeño pasaje de imitaciones, el 1º
violín hace el tema de las blancas repetidas, pero ya con otro carácter más
amable. Es acompañado por pequeñas intervenciones de todos sus compañeros, todo
un trabajo de orquestación. Y la segunda vez que se repite este tema de las
blancas, Mendelssohn lo hace todavía más difícil: cada blanca es tocada por uno
de los violines, pero al final suena como si un solo instrumento lo tocara:
violín 2º, 4º, 1, 3º, etc. (compás 105, minuto 0:14 del ejemplo) Una manera
realmente divertida de presentar por segunda vez un tema. Acabada esta segunda
exposición del tema de las blancas, mientras algunos instrumentos, por turno,
van haciendo unos veloces pasajes de corcheas en legato, el 1º violín canta una
nueva melodía por encima, recordándonos de nuevo de qué compositor estamos
hablando (compás 121, minuto 0:27)
Ejemplo 402
Un poco más tarde, el 1º violín repite, ahora
en legato, el tema de las cuartas y sextas, quedándose más tarde con una
sucesión de rápidas corcheas en staccato que suben y bajan, al parecer sin
rumbo fijo, para llegar en el compás189 (minuto 0:20 del ejemplo) a otro
momento magistral: mientras aparece lo que parece una repetición del comienzo,
con las corcheas que van apareciendo en todos los intrumentos, de grave a
agudo, el 1º violín y más tarde sus compañeros tocan un nuevo tema de fuga.
Total, que lo que parece que era el motivo de la fuga principal del movimiento
ahora se convierte en un simple acompañamiento a un tema de fuga mucho más
formado. Todo un guiño al oyente: una vez que se había acostumbrado a una cosa,
le pone otra cosa por encima mucho más interesante… Este nuevo tema está basado
en las notas del acorde de Mi b M (Mib, Sib, Sib Sol Mib Sib Sol Mib Sib)
Ejemplo 403
Pero si parece que se nos acababan las
sorpresas, al acabar esta, digamos, repetición, donde vendría el tema de las
blancas “machaconas”, para entendernos, Mendelssohn nos vuelve a sorprender con
un nuevo fugato. Ahora el sujeto es el tema del principio de cuartas y sextas
(compás 213, minuto 0:03 del ejemplo). Este fugato se va desarrollando, con su
stretto y todo, hasta llegar a una aparición del otro tema que comenzó el
violín 1º en el ejemplo anterior, ahora sobre el acorde de La M (compás 243,
minuto 0:29 del ejemplo)
Ejemplo 404
Por si fuera poco, Mendelssohn nos sorprende
de nuevo, con la entrada del motivo del scherzo (compás 273, minuto 0:03 del
ejemplo)
Ejemplo 405
La verdad es que todo lo anterior puede sonar
de lo más confuso, En un solo movimiento, Mendelssohn inicia, por lo menos,
tres sujetos de fuga, perfectamente formados, con sus contrasujetos, varios
temas secundarios y, por si fuera poco, se permite el lujo de introducir el
tema del Scherzo. Lo curioso es que todo ello suena muy complicado en el papel,
pero al escucharlo no da la impresión de nada forzado, cada nuevo tema o
melodía se introduce de manera que se entiende perfectamente. Pero me gustaría
llamar la atención sobre el increíble trabajo contrapuntístico de este
movimiento. Está claro que no se trata de una fuga con todas sus partes, pero
es que da la impresión de que a Mendelssohn le da exatamente igual: la
abundancia de ideas es tal que da igual.
Y es que no falta de nada. Incluso hay un
pedal, como toda fuga que se precie. Y no es un pedal cualquiera, dura nada
menos que 28 compases, con un Si b en los violonchelos, con distintas figuras
rítmicas: redondas, síncopas de blanca, negras, etc.
Ejemplo 406
Pasado el pedal, todavía le queda “fuelle” a
Mendelssohn para sacar otra bella melodía, tocada en octavas por el violín 1º y
las violas (luego con el 2º violín). Esta nueva melodía, absolutamente
romántica y arrebatadora, nos ocuparía varias páginas si quisieramos destacar
todas sus bondades. Tan solo señalar su perfecta construcción, con su
planteamiento por etapas, etc. Todo un exceso de creatividad.
Ejemplo 407
Y, bueno, me haría muy pesado señalando, en el
siguiente ejemplo, las nuevas melodías que van saliendo por doquier. Se trata
de uno de los pocos momentos relativamente relajados de este movimiento, con
una tierna melodía en el 2º violín, aunque acompañada por incesantes cientos de
corcheas en el 1º violín.
Ejemplo 408
Y así llega a su fin este movimiento,
verdadero colofón a esta obra, acabandola con humor, optimismo y todo lo que se
os ocurra. Espero que os haya interesado.
El último movimiento completo:
El último movimiento completo:
Fantástica obra y óptima recensión, Sync :) Es una lástima que la música de cámara de Mendelssohn sea así poco conocida, aunque a menudo alcance los niveles de la de los Trios de Haydn (o de sus Cuartetos)... ¡Milagrosa la fantasía de este autor! Enhorabuena por el post, que destaca lo precioso que es este Octeto ;-)
ResponderEliminarKraus
Muchas gracias, Kraus
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