domingo, 16 de octubre de 2016

Libros sobre música (9): "The Academy of St. Martin in the Fields "

The Academy of St. Martin in the Fields - Meirion and Susie Harries




Con la triste noticia del fallecimiento de Neville Marriner he vuelto a leer el presente libro, que trata de los primeros años de la orquesta que fundó, The Academy of St. Martin in the Fields. Es un libro de 1986 escrito por Susie Harries, hija del mismo Marriner en su primer matrimonio, y su marido.

En anteriores entradas he señalado mi predilección por esta orquesta en muchos repertorios: en mis tiempos de estudiante había una enorme diferencia entre las versiones de música barroca de Marriner con su ASMF en comparación con las existentes: Richter o Munchinger, con sus versiones serias y sólidas, como un panzer alemán, I Musici con su sonido excesivamente vibrado y su articulación eternamente "alla corda", contrastaban enormemente con la elegancia, la variedad y el estilo chispeante y rítmico de Marriner. Luego fui descubriendo que en compositores posteriores se mantenían esas cualidades: siempre prefería su Mozart al de Bohm, o su Haydn al de Dorati, por poner unos ejemplos.
La ASMF nació de una manera curiosa y algo casual: alrededor de Marriner se juntaron unos cuantos músicos de orquesta hartos de los directores ("refugees from the conductors", como señala Marriner en el libro), que pensaron que se podía hacer ese repertorio con un grupo pequeño, sin director, y funcionando de una manera democrática, con mucha más participación de cada músico individual en las decisiones. Pero no penséis que eran unos cuantos desharrapados: entre ellos había concertinos de varias orquestas británicas, y todos tenían un nivel impresionante. Se ensayaba sin horarios, minucionamente, a menudo en el domicilio de Marriner, buscando la excelencia. En un principio era un trabajo complementario al de cada uno en sus respectivas orquestas , y así cuntinuó durante muchos años.
Otro aspecto curioso de la ASMF es que funcionó de una manera opuesta a muchas orquestas: normalmente una orquesta da muchos conciertos, consigue fama y comienza después a hacer grabaciones. En la ASMF fue justo lo contrario: las grabaciones comenzaron muy pronto, y tuvieron tanto éxito que se sucedieron con rapidez, consiguiendo una fama que les precedía en sus conciertos y sus giras. Si no me equivoco, Marriner fue el director clásico con más grabaciones, después de Karajan.
La orquesta fue ampliando repertorio: aparte del barroco se comenzó con los clásicos y más tarde con la música más moderna. Para ello se amplió el grupo original con viento y con más cuerda. Y llegó el momento en que se vio que, por razones prácticas, era poco operativo seguir con el mismo método de trabajo: ya no se podía ensayar eternamente y sin horarios, no todos los músicos podían expresar su opinión, y era más difícil el ajuste de un grupo grande sin director.
Marriner había hecho sus pinitos esporádicamente dirigiendo cuando había coros o en ocasiones similares, pero siempre se había resistido a ir contra la filosofía original de la ASMF, que era tocar sin director. Pero llegó un momento en el que vió que no podía tocar y marcar a la vez, y reconoció, con una enorme modestia, que se estaba convirtiendo, en sus propias palabras, "en el tipo de violinista que no pensaría en contratar". Su maestro de dirección, Pierre Monteux, le dijo en una ocasión: "ponte de pie y dirige como un hombre". Y así lo hizo.
Pese a algunos recelos iniciales de sus compañeros, la situación se aceptó de una manera muy natural: Marriner tenía unas grandes cualidades para hacer esa tarea: gran exigencia, mucho tacto y psicología, y un sentido práctico muy desarrollado que le hacía rentabilizar el tiempo de ensayo y grabación de una manera muy significativa.
A partir de allí la ASMF se dividió de una manera natural en tres agrupaciones diferentes: el pequeño grupo de cuerda que tocaba sin director, generalmente liderado por Iona Brown o Kenneth Sillito, la orquesta algo más grande con Marriner, y un pequeño y variado grupo de cámara, la Academy of St. Martin in the Fields' Chamber Ensemble. Y de esa manera continuaron sus éxitos en los estudios de grabación y en sus conciertos y giras.

El libro se lee con avidez: está dividido en capítulos que tratan de sus diferentes épocas y, más tarde, de sus diferentes actividades: las giras y viajes, las grabaciones, los ensayos, etc. Y la verdad es que es un placer leerlo porque está trufado de divertidas anécdotas que demuestran una vez más que los ingleses, con toda su fama de serios, son capaces al mismo tiempo de ser la gente más traviesa e infantil que existe.
Sirva esta pequeña reseña como mi pequeño homenaje a Neville Marriner.


El libro se puede encontrar de segunda mano en iberlibro

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