No es que sea muy aficionado a la música coral o vocal, ni a
la ópera. De hecho es un género que no me entusiasma, con algunas excepciones.
Este Oratorio de Haendel es una de ellas. Desde mis comienzos como estudiante
fue una obra que me encantó. Y lo más seguro es que parte de la culpa sea de la
presente interpretación.
Hay que situar la grabación en el contexto histórico. El
barroco de Marriner fue un cambio sustancial con lo que se venía haciendo en la
época. I Musici e I Solisti Veneti reinaban en el barroco italiano,
especialmente Vivaldi, con su sonido peculiar: un sonido brillante, amplio, con
todas las cualidades del "bel suono". Por otra parte estaban los
alemanes, con Karl Richter y Munchinger, con un barroco sólido, seriote y
monumental. Y llegan Marriner y Leppard y de repente el barroco se aligera, se
intensifica su vertiente más rítmica. Ayudados por musicólogos como Thurston
Dart, el continuo admite otros instrumentos aparte del cémbalo: órgano, tiorba,
fagot. El detaché y martellato omnipresentes en los italianos y alemanes dejan paso al
spiccato, y la articulación se vuelve mucho más viva. Simultáneamente, la
corriente historicista comenzaba su titánica batalla y Harnoncourt con su grupo
era todo un revulsivo tras los tímidos intentos de Melkus, el Collegium Aureum
y otros tantos. Pero esa es otra historia...
Esta grabación es del año 1976 y se basa en la edición de
Christopher Hogwood (sí, por aquel entonces comenzaba con Marriner, de hecho él
toca el órgano en esta grabación), sobre la primera interpretación en Londres
en 1743. Como es habitual en Haendel, la obra sufrió durante su historia varios
cambios y adaptaciones, algunos por cambios de solista de algunas arias, y otra
serie de cambios.
Escuchemos, para ilustrar algo lo dicho anteriormente, cómo
sonaba la obertura en manos de Karl Richter:
Y la misma obertura por Marriner:
El tempo es más veloz, se aligera la duración de las notas,
y la medida se adapta a la obertura francesa, añadiendo dobles puntillos a la
figuración inicial. Se añaden algunos trinos y ornamentaciones en las
repeticiones. La orquesta es mucho más pequeña (también el coro, como ya
veremos) y la sensación general es un cambio de la solemnidad y la opulencia a
la elegancia y la vitalidad rítmica.
Los solistas vocales son todos excepcionales, y sobre todo
muy bien escogidos de acuerdo con el estilo de Haendel. Escuchemos al tenor
Philip Langridge, por ejemplo, en "Ev'ry valley shalll be exalted"
Realmente me parece que el timbre y el estilo de Philip
Langridge es idóneo para este tipo de música: el vibrato y la expresión justa,
la agilidad necesaria...
Y ¡qué decir de Elly Ameling!. Escuchémosla en la bellísima
aria "I know that my Redeemer liveth"
Es increíble la delicadeza con la que canta, y consigue una
enorme expresión sin exageraciones. Una manera mágica de hacer música.
Uno de mis momentos preferidos es el recitativo accompagnato
"For behold, darkness shall cover the earth", ejemplo perfecto para
admirar la capacidad teatral de Haendel para adaptarse al sentido del texto:
El bajo Gwynne Howell tiene un timbre algo raro, como algo
engolado, no tengo ni idea de voces y por lo tanto no lo puedo explicar. Pero
su musicalidad está fuera de toda duda. La manera en la que va dosificando la
tensión de este recitativo, aumentando poco a poco el volumen y la
intensidad...
Por último, escuchemos a la contralto Anna Reynolds en la
emocionante aria "He was despised"
Que me perdonen los más puristas, pero me incomoda el timbre
de los contratenores en esta música, por muy original que sea. Me parece que
Anna Reynolds tiene una muy bonita voz, con un control del vibrato muy
adecuado.
Los coros de la Academy, como todos los coros ingleses, la
verdad, son espectaculares. Escuchemos el coro "For Unto Us a Child is born"
La claridad de las voces y las agilidades del coro son
espectaculares. Desconozco de cuánta gente se trata, pero no deben ser muchos.
Asimismo nos sirve el ejemplo para escuchar el uso del spicatto en las cuerdas,
lo que hace que todo el coro tenga una ligereza increíble.
Una muy buena versión del Mesías. Han pasado los años, pero
todavía me sigue pareciendo una versión fresca, elegante, y con unos solistas
idóneos.
mi nombre es Oscar Olavarria, más conocido como DPISANI en "foroclasico", te felicito por tu blog muy entretenido, claro y educativo, para neófitos como el que escribe. Comparto plenamente tu preferencia por esta versión, que supera en muchos aspectos a muchas historicistas (baste mencionar que Marriner obtiene muchos mejores resultados en el coro "Unto us the child is born", que Trevor Pinnock en su laureada versión), lo que significa que una interpretación con instrumentos originales (de dudosa autenticidad, además)no garantiza necesariamente una mejor versión. Además que para mí el historicismo envuelve una contradicción, puesto que su objetivo sería la fidelidad o autenticidad y solamente del Mesías hay para todos los gustos: minimalistas, con contralto, con contratenor, con lo que se llama soprano-boy, etc, y cada uno presume ser la versión auténtica, pero si el propio Gardiner en su folleto del "Mesías" dice en una parte que habrían tantos Mesías como iglesias hay en Inglaterra, puesto que es una tradición que se cante todos los años la noche de Pascua, lo cual lógicamente se hace en cada caso con las fuerzas locales, a veces con acompañamiento de órgano. Felicitaciones por tu espacio!
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario, Oscar. Coincido contigo en que es muy difícil identificar una versión auténtica del Mesías, porque hay que comenzar con que le mismo Haendel cambió bastantes cosas en sus sucesivas interpretaciones.
ResponderEliminarEn esta entrada particular no pretendía hacer una comparativa de versiones, porque la verdad es que no conozco muchas más en profundidad. Tan solo la de Hogwood, que también me gusta mucho. Pero la de Marriner me sigue pareciendo muy equilibrada, moderna pese a que tiene ya algunos años, y estilísticamente irreprochable.
Ya conoces mis gustos musicales y mi veneración por Haendel de manera que no te extrañará mi predilección por el oratorio de los oratorios. Esta versión de Marriner es también de las que me marcó de joven y junto con la de Richter, de las que más me emocionan y gustan.
ResponderEliminarMuchas gracias por comentar. Tengo que reiterar mi predilección por lo que hizo Marriner y su ASMF en aquella época. Para mí, que entonces comenzaba a estudiar, era todo un ejemplo.
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