miércoles, 9 de abril de 2014

Beethoven, Trios para cuerda - Una discografía comparada

Dentro de la producción camerística de Beethoven, cualquier cosa que se quiera comparar a sus cuartetos queda automáticamente empequeñecida, por la gran producción de estos últimos y su enorme importancia, tanto en la obra de su compositor como en toda la música occidental. Pero no por ello se pueden considerar los trios de cuerda obras menores, ni mucho menos.

En total son 5 obras: el op. 3 en Mi b M, el op. 8 en Re Mayor (también llamado "Serenade") y los tres que componen el op. 9, en Sol Mayor, Re Mayor y Do menor, respectivamente. A pesar de tratarse todos ellos de obras de juventud, habría que distinguir, por cierto, entre los dos primeros y los tres del op. 9, mucho más elaborados, y que se podrían codear con los 6 cuartetos del op. 18.

El primero trio, op. 3, en Mi b M, prácticamente es un divertimento, con sus seis movimientos, y parece que Beethoven tuviera presente el magnífico k. 563 de Mozart (también en Mi b M, por cierto). Mismo número de movimientos y una sucesión prácticamente idéntica: Rápido, lento, minueto, lento, minueto y rápido. ¿Simple coincidencia? Si hubiera que destacar algún movimiento, su sereno 4º movimiento, Adagio.
Ej. 101

O el final, que nos recuerda enormemente a Haydn por su humorístico comienzo, que es como una especie de pregunta, seguida de pausas.
Ej. 102



La Serenade, op. 8 no tiene que confundirse con su otra Serenade, op. 25, instrumentada para flauta, violín y viola. La que nos ocupa también adopta una forma parecida al op.3, casi como un divertimento o casación. Como nota distintiva, comienza y acaba con el mismo movimiento, una Marcia.
Ej. 201

A destacar su graciosa Polonesa:
Ej. 202

 O las amables variaciones de su penúltimo movimiento, que nos recuerdan a Mozart, o incluso a Schubert:
Ej.203


El primero de los op. 9, en Sol M ya consta ya de los 4 movimientos habituales (como sus dos compañeros de opus). Su primer movimiento tiene una introducción lenta antes del allegro. Destacaría el profundo y operístico segundo movimiento:
Ej. 301

O el vertiginoso comienzo del último movimiento:
Ej. 302


El segundo del op. 9 está en Re M, como la Serenade. Pero, aunque se trata de la misma tonalidad, se trata de una obra bastante más seria. Escuchemos el comienzo del 1º movimiento:
Ej. 401


Y, por último, el 3º trio del op. 9 está en Do menor (el único en modo menor), y nos recuerda a otras obras de Beethoven en la misma tonalidad. Escuchemos el tortuoso y algo atormentado comienzo del 1º movimiento:
Ej. 501

O el contrastado y juguetón Scherzo:
Ej. 502


Bien, hasta aquí una somera descripción de estas obras. Como el objeto de esta entrada era la discografía comparada no he querido profundizar en exceso en cada una de las obras.
El primer aspecto a resaltar en la discografía (la que conozco, seguro que hay multitud de versiones más) es que, a diferencia de los cuartetos, el grupo en sí del trio de cuerda no suele ser una formación frecuente: existen muy pocas obras escritas para esta combinación, por lo que no abundan los trios de cuerda estables. Por lo que veremos que abundan los grupos formados para la ocasión o los liderados por algún solista virtuoso. Pero iremos uno por uno:


Itzhak Perlman-Pinchas Zukerman-Lynn Harrell



Esto es lo que pasa cuando se juntan tres virtuosos de gran calibre y hacen un concierto. Porque se trata de una versión grabada en vivo, con sus ventajas e inconvenientes. Cada uno de ellos son enormes solistas, pero la homogeneidad del sonido brilla por su ausencia: la dulzura de Zukerman por una parte, el sonido brillante de Perlman y una cierta brutalidad y sequedad por parte de Harrell. Escuchemos un fragmento del allegro del op. 9 nº 1:
Ej. 601

O el comienzo de la Marcia de la Serenade:
Ej. 602

Acordes machacados, sonido áspero... Escuchemos el ejemplo 201 para ver cómo de diferente puede sonar esta música. No se puede negar, de todas formas, que se trata de una versión con mucha vida, propia del directo. Pero veremos que hay versiones mucho más equilibradas.


Frank Peter Zimmermann-Antoine Tamestit-Christian Poltera (Solo op. 9 nº 1-3)



En este caso ya nos encontramos con un trio estable, que parece que lleva ya una cierta trayectoria. Como es natural, está dominado por Zimmermann, pero en ningún momento se nota un predominio del violín sobre el resto del grupo. Las versiones son extremadamente equilibradas y cuidadosas. Tal vez demasiado, en el sentido de que tal vez falte algo de variedad, todo está demasiado medido, demasiado pensado. Escuchemos, por ejemplo, el tiempo lento del op. 9 nº 3:
Ej. 603

No se puede decir que esté mal tocado: todo lo contrario. Pero el pulso es demasiado metronómico, algo monótono.
De todas maneras, estamos ante una gran versión. Escuchemos el scherzo del op. 9 nº 1:
Ej. 604


Anne-Sophie Mutter-Bruno Giuranna-Mstislav Rostropovich


No puedo evitarlo, en cuanto veo a la Mutter haciendo música de cámara se me disparan todas las alarmas y me echo a temblar. Sus recientes proyectos con las sonatas de Beethoven, la obra de Mozart y Mendelssohn o las sonatas de Brahms son cada uno más exagerado en cuanto a narcisismo sonoro y desprecio total por el compositor. Tocar Brahms como si fuera Debussy es inaguantable. Afortunadamente, la grabación que nos ocupa no es reciente y todavía no había desarrollado todas las tonterías que hace actualmente. De nuevo nos encontramos con la reunión de tres grandes solistas (tal vez Giuranna un poco menos conocido), y el resultado, sin embargo, no es tan brutal como con Harrell y compañía.
De nuevo echamos en falta la homogeneidad sonora, cada uno es de su padre y de su madre y no empastan ni a tiros. La Mutter con su nerviosa manera de tocar, su vibrato eléctrico omnipresente y la manía de encararlo todo como si se tratara de música de virtuosismo. Escuchemos, por ejemplo, el segundo minueto del op. 3:
Ej. 605

Es como si le hubieran obligado a tocar absolutamente todas las notas con el vibrato más rápido posible.
O el Adagio del op. 9 nº 3:
Ej. 606

Se le nota una cierta impaciencia, como si se aburriera de tocar cosas lentas, y aparte de eso vislumbramos lo que se convertiría años más tarde en su característica más irritante: el sonido superficial, sul tasto, empleado para todo.
Sus compañeros nacen lo que pueden, en especial Rostropovich, que derrocha musicalidad y buen hacer en todo lo que toca.
Una versión, salvando todas mis manías personales, buena en general. Con la Mutter me pasa que la admiro enormemente en los grandes conciertos, sobre todo los grabados hace muchos años. Pero llegó un momento en el que tal vez pensó que tenía que cambiar cosas y se fue al otro extremo...


Arthur Grumiaux-Georges Janzer-Eva Czako



De nuevo nos encontramos con un gran solista y otros dos más. Pero, contrariamente a la Mutter, con Grumiaux siempre acertaremos. Grandísimo violinista en todos los campos: en los grandes conciertos y en la música de cámara más exquisita. Recordemos sus fabulosos quintetos de cuerda de Mozart.
En esta grabación destaca ampliamente la figura de Grumiaux: su manera de tocar es inconfundible: sonido precioso, vibrato generoso y su manera de encarar la afinación "expresiva" tan peculiar. Escuchemos, por ejemplo, la magistral manera de delinear la melodía del 2º movimiento del op. 3:
Ej. 607

Sonido bellísimo (qué notas finales...), planteamiento expresivo de la melodía con sus puntos culminantes... una auténtica delicia.
O la chispeante polacca de la Serenade:
Ej. 608

¿Se puede tocar mejor esta música? derrocha gracia, belleza de sonido, libertad rítmica...
Lo único malo de la grabación es que sus compañeros no están a su altura, ni mucho menos. Siendo grandes músicos, la diferencia con Grumiaux se nota en numerosos pasajes. En todo caso, una gran versión, aunque sea solo por el violín.


Leopold String Trio



Esta es la versión que he empleado para los ejemplos de presentación del comienzo del post, por lo que no voy a añadir más ejemplos, y es una versión que me encanta. En este caso estamos ante un trio estable, en el que no destaca ninguno de sus miembros sobre el resto. No existe, pues, ningún protagonismo y los tres instrumentos empastan de maravilla. En la época de la grabación estaba formado por Marianne Thorsen (violín), Sarah-Jane Bradley (viola) y Kate Gould (chelo), si no me equivoco sus componentes fundadores. La lástima es que este trio ha ido cambiando durante los años varios componentes, y en la actualidad tan solo queda la chelista. Y el trio actual no tiene nada que ver con el que nos ocupa, sobre todo por la afectada y exagerada manera de tocar del actual viola, Lawrence Power.

Se trata de una bellísima versión, extremadamente musical: sin ninguna exageración, con la expresividad justa pero con una enorme imaginación rítmica que hace una delicia su escucha. Si a ello unimos que no destaca ninguno de los tres instrumentos y que su nivel es muy homogéneo, pues estamos ante la versión ganadora (en mi opinión, claro)


L'Archibudelli


 

Es complicado comparar las versiones anteriores con la de L'Archibudelli, porque se trata de planteamientos muy diferentes. Formado por Vera Beths (violín), Jurgen Kussmaul (viola) y Anner Bylsma (cello), se trata de un grupo con variadas formaciones que toca con instrumentos y técnicas historicistas, aunque no muy extremadas, para entendernos. Escuchemos, por ejemplo, el comienzo del allegro del op. 9 nº 1:
Ej. 609

Se trata de una versión muy transparente, en la que nada sale forzado (recordemos el mismo fragmento por Perlman & co. (601)
O el final del mismo trio:
Ej, 610

Sorprende de nuevo la enorme claridad de texturas.
Es complicado escuchar esta versión después de todas las anteriores, pero se trata de un grupo que siempre es interesante en todo lo que ha grabado.



En resumen, mi versión preferida es la del Leopold String Trio, en su formación original. Si tenéis curiosidad, en youtube hay algún fragmento de estos trios con la formación actual, y no tiene nada que ver. Y la versión del Trio Zimmermann también es espléndida.


5 comentarios:

  1. Un trabajo verdaderamente sensacional.
    Me apunto a tus entradas, todo un ejemplo.
    Un beso.

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  3. Agradeceros estas soberbias páginas que publicáis. Gracias, gracias

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