Con éste llegamos a uno de mis libros
preferidos, sin lugar a dudas. Comprado de segunda mano por casualidad en una
feria del libro de ocasión, es un libro realmente emocionante.
La figura de David Oistrakh ocupa uno de
los puestos más relevantes en cuanto a los violinistas de todos los tiempos.
Sin necesidad de ser comparado con Heifetz, al final si uno escucha, o mejor
aún, si uno ve algún video de David Oistrakh, queda enamorado al instante de su
manera de tocar. Y lo curioso es que eso pasa incluso comparándolo con
violinistas más recientes. Sus versiones no han acusado en absoluto el paso del
tiempo y continúan siendo referencia en muchas obras.
El presente libro, escrito por Viktor Jusefovich,
está basado en muchas conversaciones con uno de los hijos del artista, el
también violinista Igor Oistrakh. Y nos presenta, por ello, una visión mucho
más cercana, más familiar, de la personalidad de Oistrakh. Aparecen, por ejemplo, muchas
cartas de Oistrakh a su mujer, durante sus participaciones en concursos como el
de Varsovia o Bruselas, donde encontramos el lado más humano, con todas sus
dudas e inseguridades. Encontramos una persona modesta, extremadamente amable,
que no duda en reconocer el talento de sus rivales cuando hace falta.
Hay también un largo capítulo en el que
se relatan las interacciones de Oistrakh con un gran número de músicos de su
época: violinistas, directores, compositores...
Igor Oistrakh nos presenta a su padre en
sus facetas de virtuoso, músico de cámara, director de orquesta, profesor, o simplemente padre de familia, con
lo que contamos con una visión muy completa de su grandeza en todas sus
facetas.
A destacar también la enorme cantidad de
fotografías, que por sí solas merecerían la lectura del libro.
El libro no es fácil de encontrar, pero
en iberlibro se puede conseguir. En inglés, claro...
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